Un buque de guerra de la Marina de los EE.UU. fue acechado por dos bolas de luz del tamaño de un automóvil que no se vieron afectadas por las armas anti-drones
El USS Kearsarge es el último buque que ha tenido un encuentro con los ahora llamados UAPs (fenómenos aéreos no identificados).
Según informa el documentalista Dave C. Beaty —quien produjo la película de 2019 The Nimitz Encounters sobre el famoso incidente en 2004 con el objeto «Tic Tac»—, este último avistamiento fue reportado hace tan solo unos meses, en octubre de 2021.
Se dice que al menos dos objetos acecharon cerca del barco de asalto anfibio de 40.500 toneladas durante varias noches mientras realizaba un ejercicio de entrenamiento frente a la costa este de los EE.UU.
Los ovnis fueron descritos por fuentes familiarizadas con el encuentro como «bolas de luz» extrañas y amenazantes, las cuales persiguieron alrededor de media milla la embarcación manteniéndose a una altura de alrededor de 200 pies sobre el océano.
Beaty fue contactado por un oficial de la Marina ahora retirado identificado solo como «Mark». Este informante le contó sobre el extraño episodio.
El USS Kearsarge había estado entrenando en ese momento antes de un despliegue en el extranjero —incluyendo sistemas diseñados para derribar drones enemigos—.
Los objetos fueron detectados por la noche por la guardia de cubierta, que no pudo obtener un bloqueo de orientación térmica sobre ellos.
Se entiende que el personal grabó el incidente en video, pero este metraje aún no se ha publicado.
El oficial de la Marina sostuvo que los infantes a bordo creyeron al principio que los objetos inexplicables eran parte de un ejercicio de entrenamiento sorpresa para las nuevas armas anti-drones.
Sin embargo, pronto descubrieron que las contramedidas tomadas para inutilizarlos no surtían efecto y, en cambio, los ovnis reaccionaban realizando maniobras fuera de lo común mientras se mantenían cerca del buque.
Mark le dijo a Beaty que el USS Kearsarge envió un comando por radio sobre los objetos y se les informó que «no eran nuestros».
Ahora, el documentalista está intentando sumergirse más profundamente en el evento para recopilar mayores datos y darlos a conocer.
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