El joven argentino Matías de Stefano ha generado mucha polémica en los últimos años. Pertenece a la generación de niños índigos que han reencarnado en la Tierra, sin embargo, su historia es algo más peculiar: asegura tener recuerdo de su vida pasada en la Atlántida.
Matías de Stefano sorprendió a propios y extraños con sus grandes revelaciones sobre la evolución de la historia de la humanidad.
Se considera como alguien con la habilidad de organizar tal información para ayudar a que otros niños índigo la recuerden.
Desde el 2012 comenzó «Del Norte al Sur», un viaje por 40 países de todos los continentes.
El niño índigo «que vivió en la Atlántida»
Siendo uno de los más representativos de los nuevos niños índigo que tienen activadas las capas del ADN, Matías de Stefano ha demostrado que su misión es mucho más especial.
Cabe recordar que los niños índigos son aquellos que poseen activa toda la información de nuestra existencia dentro de su ADN, a diferencia del resto. Su misión en este mundo es ayudarnos a recordar nuestros orígenes, por qué estamos en la Tierra y cuál será nuestro futuro.
Pero el caso de Matías de Stefano es algo diferente; el joven diseñó un cuadro con la genealogía de las lenguas prediluvianas. En ella se confirma que idiomas actuales, como el euskera del país vasco, desciende de la Atlántida. Específicamente del «gwanapán».
El joven asegura que no fue un simple habitante del continente perdido, sino que fue un espíritu conocido como Ghan. Asegura que, después, vivió en otros mundos como Saturno, Gludock y, más tarde, como un ser vivo en Eimpah. Finalmente nació en Brasil hace siglos, durante la época del virreinato portugués.
Matías de Stefano aseguró que su misión es ayudar en la Nueva Era y durante las catástrofes que sucederán una vez, como la catástrofe atlante.
Entre sus recuerdos se encuentra la dama de Elche, una famosa estatua prerromana española, sin embargo, el asegura que la conoció como «la Señora de Taggok», una Reina de Iberia durante la dinastía Dasnai.
Asegura que el gorro y las orejas son parte de la indumentaria típica de la Atlántida y Lemuria, además de collares que aparecen en Egipto.
Revela que en la Atlántida existieron hasta 12 dinastías y Taggokia o Iberia, sería anexada después.
El relato de Matías de Stefano: La descripción de la Atlántida
El niño índigo, Matías de Stefano, brindó una descripción detallada sobre la Atlántida y sus eventos. Aquí pueden leer extractos exactos de sus declaraciones:
«La Atlántida o Khefislion, que era su verdadero nombre en la lengua atlante, se extendía por el Atlántico, sobre todo Medio y Norte, y posteriormente hacia América y el Mediterráneo. Los primeros asentamientos, según recuerdo yo, fueron en Cabo Verde, en la costa africana y luego se extendieron a islas sumergidas hacia el Sur y el Norte.
La más grande era Evnoh, en el Norte, un conjunto sedimentario entre Europa y América del Norte. Más arriba, encontramos la naciente Islandia, que era camino hacia el Polo Norte o tierra del Atlante, más allá de Groenlandia.
No habia caballos en las islas, sólo mulas, aves muy extrañas, a una la llamo ABLU SHUSH, era un ave de muchos colores, exótica, parecida a un pavo real en plumaje pero su cuerpo era más como una gallina.
En las islas del sur había elefantes pequeños y alguna cebra, según sé, pero no animales grandes. Luego había más asentamientos, en la costa de Marruecos, en la costa de España estaban los Tartessos, en Grecia, los Santorini, Italia los Etruscos, Egipto, Libia, Israel, Chipre, Persia…
La isla tenía forma de bumerang, no sé escribirlo, y se dividía en 12 regiones que pertenecían a 12 familias terratenientes, hijos de los fundadores y los homínidos, que eran otra raza. Los fundadores eran del planeta muerto Marte, pero los que realizaron variaciones genéticas eran de otro mundo que no se acercaba siempre al Planeta, sólo a veces.
Luego muchos se fueron a las Pléyades; estos seres eran los altos rubios hermafroditas y místicos que tanto citan abducidos. Eso sucedió cuando murió Marte.»
Dioses atlantes y la energía fundamental
«El Dios de la Atlántida era el Dios Athlan, dios del mar. Claramente, el Dios Atlas de Marruecos y en Athlan en Centroamérica, son referencias a él.
Había otros dioses como Arian del fuego, Karea de la tierra y la agricultura, Athalea del aire y los vientos, entre otros. Rendían mucho honor a los que manejaban la Naturaleza.
Más tarde, cuando se reunieron los fundadores, hubo un auge de Atlántida, y fue cuando crearon todo lo fantástico que conocemos, templos enormes de oro y plata, escritos sagrados.
De los cielos se les regaló una energía inagotable que volvía todo a su estado atómico. Yo lo llamo, según recuerdo, Protikta, de Protikton. Es una energía con vida, de un lugar llamado Trevetia.
Esta energía daba luz y vida a la ciudad. Enviaban con láminas de cristal brillo a palacios donde uno rejuvenecía o se conectaba con el Cielo, a los muertos no los enterraba, los quemaban y luego, con la energía, alimentaban al Cosmos con los cuerpos lanzándolos a ella.
La mayoría dependía de esa energía, porque daba vida a todo el sistema atlante, era como los ordenadores de hoy para la gente, una dependencia energética. Pero bueno… llegó la guerra.
La energía era muy apreciada y fue peligrosa porque era inagotable. El Rey de ese entonces la envió a una planicie casi deshabitada, de poblados muy pequeños, en la costa de América… si no me equivoco cerca de Florida.
Allí se usó la energía para guiar los barcos y mantener con vida a todas las colonias de la Atlántida por todo el globo, pero la energía se usó mal, se usó para la guerra. De esta forma se explican de las conocidas anomalías energéticas de El Triángulo de las Bermudas, donde muchos aviones o barcos han desaparecido temporal o totalmente.»
La Guerra y migración
«Es muy curioso y didáctico ver cómo la historia es cíclica y se repite varias veces… como dicen los mayas. La energía se protegió a sí misma y se hundió desestabilizando la región y dejando al mundo sin energía. Se ganó la guerra, pero el mundo quedó devastado. Estaba por cambiar de era. Creo que empezaba la era de Leo.
En el país GAIBITI, actualmente Egipto hoy, se comenzó junto a los fundadores y sus hijos a construir un sistema de estabilidad mundial; las pirámides y megalitos. Estos se esparcieron por Europa, América, África y Asia, mientras, los más afectados como lo son Khefislion, Jaenue y Helion, empezaron con disputas.
Hubo migraciones de gente a África, Europa y América central. El nivel del mar iba subiendo. Grecia empezó un conflicto diplomático que acabó por expulsar del Mediterráneo a los atlantes en mini guerras.
Los exiliados se fueron a Egipto, donde aún vivía poca gente. En ese momento, vino el cambio de era. Los dioses los castigaron, es decir, recuerdo al último rey de Atlantida gritar: ¡Qué hemos hecho!, no recuerdo la lengua en que lo dijo, pero sé que Athlan lo castigó por no haber cumplido con sus objetivos, ya que el mundo se quebró en varios reinos, y se pretendía hacer un gobierno global.
El rey pasó toda la información sagrada a Egipto, y los príncipes se exiliaron a esta misma tierra, allí fundaron un nuevo reino, conmemoración de la Nueva Era… E hicieron la esfinge. Hace unos 12.000 años, después de las guerras, con el imperio en declive, se inició una glaciación y desde entonces el borrado de memoria de la Humanidad».
La historia de Matías de Stefano ha generado muchos creyentes y detractores por igual. Sin embargo, la historia contada por este joven es tan detallada que hace complicado pensar que es algo inventado.
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