Este mismo año 2020, Javier Sierra grabó para #0 cuatro episodios sobre el fenómeno OVNI, «Otros mundos: Señales».
En esta mini serie, Javier Sierra se adentra en diversas “señales” que le acompañaron durante su niñez y adolescencia, y que marcaron su posterior pasión por plantearse preguntas y viajar por todo el mundo buscando respuestas.
Una de ellas es Teruel, ciudad que le vio nacer en 1971. Sierra cuenta que desde niño, siempre creyó que la estrella del escudo de Teruel era un platillo volante, así como describe que con 16 años creyó ver un ovni en Montserrat.
Esta especie de obsesión marcó un punto de inflexión, empujándolo a la búsqueda de respuestas. Suyas son, textualmente, las siguientes palabras:
<<Cuando viajo busco iluminación. Busco saber, no creer. Porque creer empobrece de alguna manera. Si aceptas una visión dejas de hacerte preguntas. Por eso me gusta viajar a lugares extremos para descubrir cosas maravillosas>>.
Este año, tendremos el privilegio de poder contar con su participación en el Ufology World Congress que se celebrará en Barcelona los días 25, 26 y 27 de septiembre. Más info en www.theufologyworldcongress.com/
En los cuatro episodios se muestran entrevistas y recreaciones de estilo cinematrográfico, cada uno de ellos tratando temas como el avistamiento de un ovni en 1989 en Voronezh (Rusia)..
O la abducción en Jumilla de Próspera Muñoz, las transmisiones secretas de la carrera espacial de dos hermanos en Turín (Italia) y los archiconocidos alienígenas de Roswell (EEUU).
La abducción de Próspera Muñoz
El segundo y patrio episodio se centra en la entrevista a una mujer que, asegura, fue abducida por un ovni en Jumilla (Murcia) en 1947. Aquel fenómeno ocurrió en una época en la que no se hablaba sobre ovnis en España.
Próspera tiene actualmente 80 años, y en este episodio narra; por primera vez junto al testimonio de su hermana, cómo dos seres extraños se la llevaron pacíficamente tras hablar con ambas.
Cuando pasó todo aquello, Próspera tan sólo contaba con 8 años. Se trata del primer fenómeno de este tipo recogido en España.
Las dos hermanas, Próspera y Anita, se encontraban en la casa de campo de su tío en Jumilla. Para los que no conozcan la zona, se trata de un lugar de viñas, bodegas y vinos, algunos de ellos muy reconocidos.
El tío, estaba trabajando en la viña y dejó a las niñas en la casa junto con el perro, que debía avisar si alguien andaba cerca. Próspera se asomaba nerviosa por las ventanas porque su tío siempre les traía chucherías, pero en una de las ocasiones en las que se asomó, vio acercarse hacia la casa un objeto “extraño”.
La entrevista comienza con Javier Sierra y Anita, sentados en la casa de campo en la que todo ocurrió hablando pausadamente.
Anita cuenta que se sintió asustada por lo que vio, sin embargo, Próspera no lo estaba. Ella cree que esto se debió a la temprana edad de la niña y a que siempre fue muy curiosa y osada.
Después de una pequeña introducción cinematográfica para situar al espectador, aparece Próspera, contando lo que vio y experimentó aquel día.
Próspera describe cómo, con el pretexto de tomar un simple vaso de agua, como si de cualquier caminante o jornalero se tratase, aquellos seres se introdujeron en la casa, dirigiéndose a las dos hermanas.
Las hermanas, describen a estos seres con cara con forma de bombilla y unos ojos enormes, bonitos y muy expresivos. Ambas quedaron impresionadas ante lo que veían sus ojos.
Entonces se establece una conversación entre los dos seres, en la cual conversan para decidir a cuál de las dos se van a llevar. Según las hermanas, la conversación fue la siguiente:
- Ella. -“Señalando a Próspera”-.
- ¿Van a recordar todo?
- Nada hasta que pasen al menos 30 años.
Todo esto se muestra recreado en el episodio, y esta conversación se produce mientras las dos hermanas observan calladas.
Anita cree que ejercieron algún tipo de anulación o sedación sobre ella para que se tranquilizara y se mantuviera al margen.
Sin embargo, Próspera entra como en un estado elevado de conciencia y reconoce a sus interlocutores. La señora asegura que de repente lo entiende todo y sabe quiénes son, de dónde vienen, qué quieren y cómo debe comportarse ella.
Mientras tanto, la mirada de Javier Sierra es de auténtica estupefacción.
Próspera sirve el vaso de agua, el ser se quita un guante y rodea toda la mano con el vaso. Próspera recuerda perfectamente que sólo tenían cuatro dedos.
De forma muy curiosa, Anita describe algo que es un denominador común en muchos avistamientos y contactos con estos supuestos seres alienígenas.
Cuenta que hicieron ademán de beber pero no bebieron, y que su boca era una línea que no se movía. Todo el contacto con ellos era telepáticamente.
Les cuentan que querían hacer un tipo de experimento con ellas, Próspera lo describe textualmente como “experimento altruista”, y que si querían formar parte de él.
Debían elegir entre las dos hermanas y, finalmente, le hacen saber a Próspera que pronto volverían a por ella para realizar el experimento.
Cuando se van, Próspera describe que, aunque Anita cierra la ventana, toda la estancia se llenó de una luz, que describe como increíble.
Entonces cree que ambas se desmayaron, porque lo siguiente que recuerdan es estar tumbadas en el suelo viendo como su tío venía de trabajar.
Además, Próspera describe el gran susto de su tío porque fue testigo de cómo aquel aparato le sobrevoló, pero pensó que era una avioneta, y que aquella gran luz se había producido por una especie de choque contra la casa.
Como dato curioso, Próspera añade que estaban de luto, y en el pueblo sólo podían vestir de negro (recordemos que nos encontramos en la España de 1947), sin embargo, allí en el campo, su hermana llevaba un vestido con grandes flores y mucho colorido…
Pero que por la parte delantera se había descolorido y quedado blanco completamente después de aquella inesperada visita.
Ambas hermanas describen, posteriormente un desagradable incidente con la despensa en la que guardaban los víveres de la familia.
El día del incidente fueron incapaces de abrir la puerta; ni siquiera su tío ejerciendo la fuerza fue capaz de hacerlo…
El día posterior, Próspera, con un simple empujoncito la abrió, descubriendo que todo alimento que allí se encontraba estaba en un avanzado estado de putrefacción.
Su tío procede a tirarlo todo, evidentemente ya en un gran estado de alerta debido a todos los fenómenos extraños que les estaban pasando.
De esta manera, decide dormir en un camastro junto a las niñas para poder vigilarlas y mantenerlas a salvo de cualquier amenaza.
Pero aun así, a media noche, Próspera despierta súbitamente y ve junto a la ventana a uno de aquellos seres que las habían visitado. Le dicen que les acompañe…
Pero ella, extrañamente, no siente ningún temor. Nadie despierta, nadie oye nada… Sólo aquella niña de ocho años ve a aquellos seres y se comunica con ellos, aun teniendo que saltar por encima de su tío para poder salir.
Próspera observa como uno de ellos va cargando al perro, y pregunta; como es lógico, preocupada, qué le habían hecho, pero la tranquilizan diciéndole que sólo estaba dormido.
Y esa niña fue testigo de muchas otras cosas, como por ejemplo cómo un ser con una especie de armadura y arma extraña arrancaba árboles de cuajo y se los llevaba como parte del experimento.
Todo ello dejó huellas sobre el terreno que extrañaron a los que en ese momento no estaban allí. Sin embargo, Próspera los sigue sin preguntar, porque se siente tranquila, sabiendo hacia dónde debe ir.
La niña acaba viendo cómo una nave espacial con forma de platillo aparece ante sus ojos y monta en ella, siendo absorbida por una luz cegadora.
Pero todo esto se mantuvo en silencio en su cabeza durante 30 años, porque esa misma mañana, Próspera se despertó en su cama, junto a su hermana, con los pies llenos de tierra y sin recordar nada.
Esta entrañable señora, que trabajaba como auxiliar de telefonista en una empresa gerundense no empezó a recordar nada hasta 1979.
Ha tenido una vida tranquila, familiar y apacible, pero 30 años después de lo ocurrido, extraños recuerdos acudieron a su mente. Eran pedazos de un puzle que pudo ir completando mediante hipnosis regresiva.
En 1983, el periódico El País, ya se hizo eco de esta noticia. En aquella ocasión, Próspera tenía 44 años. Mediante hipnosis regresiva fue capaz de recordar parte de los experimentos que se le realizaron.
Recuerda verse en una camilla, medio inconsciente… Y recuerda que le inspeccionaron la vagina, y cree que también la cabeza.
Describe ver como una especie de computadora en donde aparecían ella y su hermana filmadas y rodeadas cada una como de una especie de aureola brillante de color azulado.
Sin embargo, ni el perro ni la burra que había junto a ellas en la filmación lo tenían.
La primera vez que el caso de la abducción de Próspera Muñoz salió a la luz fue en diciembre de 1982 en el Congreso Internacional de Ufología de Rosario, en Argentina, expuesto por el investigador Antonio Ribera.
Éste fue precisamente el motivo de que esta tranquila telefonista saliese de su amnesia. La lectura por parte de Próspera de «El Enigma de los Platillos Volantes», libro publicado por Ribera en 1971, fue el que hizo aparecer de nuevo las piezas del puzle que Próspera había olvidado.
La conjunción en el Ufology World Congress 2020
Javier Sierra llega al Ufology World Congress 2020 con la intención de rendir un sentido homenaje a uno de los más importantes padres de la ufología española, Antonio Ribera.
Además, contaremos con el importante testimonio en vivo de Próspera Muñoz, como invitada especial en el congreso.
Todos los elementos se encontrarán en esta cita imprescindible para todos los que miran al cielo haciéndose preguntas; y son capaces de dilucidar las señales que se nos van dejando como miguitas de pan..
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REDACCIÓN: Ana Escudero Satorres
Creo que las pirámides de EGIPTO fueron construidas por extraterrestres que tenían metodologías de trabajo más avanzadas de las que existían en la Tierra al momento de ser realizadas las mismas