Se investiga la existencia de un universo paralelo en el que todo funcione al revés del nuestro. Allá, lo positivo es negativo, la derecha es la izquierda y el tiempo no va hacia delante, sino hacia atrás.
En los últimos días los medios internacionales se han hecho eco del hallazgo por parte de científicos que trabajan para NASA de un supuesto universo paralelo donde el tiempo va hacia atrás. ¿Cuál es la realidad detrás de esta información?
Lo cierto es que todo se trata de una interpretación publicada por el medio especializado ‘New Scientist’ sobre los hallazgos realizados por un equipo de científicos a cargo de la Antena Antártica de Impulso Transitivo (ANITA), del que forma parte Peter Gorham, profesor de física en la Universidad de Hawai y que no trabaja en la NASA.
Esa antena es un radiotelescopio que detecta neutrinos de rayos cósmicos de energía ultra-alta desde un globo científico que vuela sobre el continente de la Antártida y que está financiado por la NASA.
ANITA está diseñada para detectar rayos cósmicos que impactan sobre la Tierra y que contienen neutrinos.
Los neutrinos son partículas infinitamente pequeñas que se mueven casi a la velocidad de la luz y no interaccionan casi con nada en el universo.
Los de baja energía pueden atravesar nuestro planeta sin mayor problema, pero los de mayor energía son detenidos por la masa sólida de la Tierra, contra la que impactan generando ondas de radio que ANITA detecta para rastrear su origen en el universo.
Esta condición explica que los neutrinos solo pueden ir en una dirección -desde el espacio hacia nuestro planeta-.
El hallazgo de ese grupo de investigadores, realizado en 2016 y publicado en papel por primera vez en 2018, observó la existencia de neutrinos que salían de la Tierra en dirección al espacio.
En este punto, ‘New Scientist’ da su propia hipótesis basándose en otros científicos ajenos al proyecto, asegurando que una explicación a este fenómeno puede deberse a la existencia de un universo paralelo, algo a lo que el científico Peter Gorham no hace referencia en ningún momento.
Sin embargo, el investigador sí dio su propia hipótesis en una entrevista con el mismo medio señalando que la observación de neutrinos saliendo de la Tierra en dirección al espacio se deba a que esos neutrinos podrían haber atravesado todo el planeta, de norte a sur, pasando por el centro y por este motivo ANITA los habría detectado saliendo del suelo antártico.
A pesar de que los neutrinos no tienen la capacidad de atravesar la materia, es posible que al llegar al planeta se hayan transformado en otras partículas llamadas ‘tau lepton’ y que, tras atravesar la Tierra, se hayan reconvertido de nuevo en neutrinos.
La interpretación de ‘New Scientist’ sobre la existencia de un universo paralelo no es la única publicada en los últimos años y es que varios investigadores del Instituto Perimeter de Canadá ya publicaron la posibilidad de que el Big Bang creara, además del nuestro, un «antiuniverso».
La NASA de momento no se ha pronunciado sobre esta posibilidad y es que no se trata de una teoría de la Agencia Espacial Norteamericana, sino de una de las posibles interpretaciones a este extraño fenómeno.
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Me encantó, daría lo que no tengo para vivirlo y poder estar junto a los científicos o ser parte de lo que hacen, colaborar.