Egipto y sus reliquias suponen a día de hoy un gran reto para la ciencia y para la humanidad. Y la gran Esfinge esconde a grandes rasgos muchos misterios todavía hoy sin resolver. Pero probablemente, el gran misterio que esconde haya sido descubierto pero ocultado al gran público. ¿Por qué?
En 1798, las tropas de Napoleón Bonaparte llegaron a Egipto y se quedaron maravillados con las grandes edificaciones que allí se encontraron. Entre ellas, allí estaba la gran Esfinge mostrando su imperialismo imponente ante aquellos hombres que extrañaban aquella cultura tan distinta y extravagante.
La esfinge se encontraba semienterrada en el desierto, pero ya entonces el mundo fue cautivado por su encanto. No fue hasta 1936, que la misión llevada a cabo por el francés Emile Baguettes desenterró aquella gran estructura que había estado cubierta por la senda arena durante milenios.
Un profeta de la época fue el que alertó al mundo declarando que había tenido una visión bajo hipnosis en el que se le mostraban el interior de la esfinge de Egipto. En esta se encontraba la gran Biblioteca Antigua, que custodiaba los conocimientos antiguos y, entre ellos, los hallazgos de la Atlántida. Según Edgar, el profeta, serían las pirámides, la esfinge y demás edificaciones, réplicas de la sumergida Atlántida.
En 1987, un equipo de la Universidad Japonesa de Waseda, descubrió túneles y cámaras dentro de la esfinge. Esto hizo tambalear a los egiptólogos, aunque después se dijo que tales pasadizos, extrañamente, no conducían a ninguna parte. Se cubrió con un halo de misterio desde entonces a la gran esfinge. Pero lo cierto es que la cosa no acaba aquí.
El equipo encontró gracias a un estudio de ondas sonoras electromagnéticas, entradas en las patas de la esfinge, así como una cavidad en la misma cabeza de la esfinge. Como una entrada. Esta cavidad, que había sido descrita por Napoleón, fue fotografiada desde el aire a principios del siglo XX. Aunque a finales del mismo, con motivos de la restauración de la cabeza, se dio fin al peculiar hallazgo, taponando ésta y otras cavidades en la base estructural.
Una recreación que hizo Charles Russel en 1914, mostraba el interior de la esfinge. En la ilustración, se podía observar la entrada a la esfinge a través de la cavidad de la cabeza, que llevaba a una cámara y bajaba hasta la estancia principal de la esfinge. Ésta, albergaba a su vez diversos pasadizos que llevaban a otras zonas fuera de la esfinge. Y debajo de ella, una pirámide.
Una pirámide que albergaría al faraón de la primera dinastía egipcia, que sería el faraón Menes, elegido por los dioses para gobernar en la Tierra y quien habría sido representado en la faz de la gran esfinge. Dicha noticia fue también publicada en portada un año antes, en el periódico británico “The Sphere”, publicado el 22 de marzo de 1913, donde se podía observar la misma descripción que hizo Charles Russel.
Pero no fue la única publicación que vendió en los medios de comunicación dicho hallazgo. Un año después, el 5 de marzo de 1914, el periódico australiano “Northern Territory Times”, publicó una columna en un artículo donde se detallaba dicho descubrimiento. Justo en las fechas en las que se descubrió la misteriosa entrada a una de las estructuras más fascinantes de la humanidad.
VER ▶ El misterio detrás de las «cajas» de 100 toneladas encontradas en Egipto
Miguel Á. Fuentes
Posiblemente algo contra el dios solar, de otra forma ya hubiesen publicado algo sobre esto
Buenas tardes,,es muy buena la información los felicito,,,saludos desde México,,,,lo malo es la publicidad que se despliega en la pagina,, a veces se ven sucias las paginas,,,,para mi criterio deben de ser limpias sin tanta basura