Los Dogon son un pueblo que se localiza en la República de Malí (África Occidental). Sobre este pueblo cae un enigma realmente asombroso, posiblemente uno de los enigmas más extraordinarios con los que se ha topado la ciencia.
Los Dogon son poseedores de una mitología tan rica como compleja. Sus leyendas contienen conocimientos astronómicos que de ninguna forma pudieron haber obtenido por sí mismos. Esto le plantea a la ciencia un enigma que es incapaz de explicar, y que escapa por completo a las soluciones convencionales.
La sabiduría de este pueblo contiene datos precisos y detallados sobre el sistema solar, que en muchos casos solo han entrado a formar parte del acervo de la astronomía moderna muy recientemente: describen a la Luna como «seca y estéril», saben que el planeta Júpiter (al que llaman «Dana Tolo») tiene cuatro grandes satélites, conocen los anillos de Saturno, y que los planetas describen órbitas elípticas alrededor del Sol.
Esta noción de que los cuerpos celestes siguen órbitas elípticas alrededor de un astro principal que se ubica en uno de los focos sólo fue aceptada por la astronomía occidental a partir de Kepler, en el siglo XVII. También, describen a la Vía Láctea como una galaxia espiral formada por millones de estrellas.
A parte de todo esto, incluso se refieren a la naturaleza del Sol. Ellos dicen que nuestro Sol y la estrella Sirio esa estrella de primera magnitud, la más brillante del hemisferio Sur, en realidad son dos soles hermanos que se desgajaron uno del otro y se formaron dos sistemas estelares diferentes pero que tienen un mismo origen, hay que decir que la estrella Sirio está a 8’7 años luz del Sistema Solar, una de las cinco estrellas más cercanas al sistema solar.
Sin embargo, los conceptos fundamentales de los mitos Dogon no se refieren sólo al sistema solar. Los Dogon aseguraban conocer la existencia de una estrella (Sirio B) que es imposible de ver a simple vista. Para ellos es las más importante del firmamento y gira alrededor de Sirio A, la más brillante del cielo en la constelación del Can Mayor. Ambas estrellas, no ofrecen al ojo humano más que un solo y potente foco de luz en el firmamento, lo que hace imposible distinguir una estrella de otra.
Existía pues, la circunstancia de que los dogones conocían Sirio B, siendo conscientes además de que era invisible. Los dibujos representativos que hacen de la órbita de Sirio B, alrededor de Sirio A, son exactamente idénticos a los del moderno diagrama astronómico. También aseguran que Sirio B, es una estrella muy pequeña. La llaman «Po Tolo». Continúan con la afirmación de que a pesar de ser muy pequeña, es muy pesada, la más pesada que existe, constituida en un material más brillante que el hierro al que denominan «Sagala». La astronomía oficial sabe que Sirio B es una «enana blanca», una estrella muy pequeña y muy pesada.
De acuerdo a su mitología, «Po Tolo» da una vuelta alrededor de Sirio cada 50 años (según la ciencia oficial sus cálculos se estiman en la actualidad en 50,040 años), pero además los dogones dicen que aparte de «Po Tolo», la compañera de Sirio, existe otra estrella que es 4 veces mayor que «Po Tolo» pero sin embargo mucho más ligera en peso y que tiene una órbita más exterior y que dura también 50 años en dar la vuelta a Sirio, y los dogones denominan «Emme Ya» (por primera vez, en el año 1.862, el astrónomo americano Alvan Clark logró ver en la estrella de Sirio, que no era sólo una, sino dos estrellas. Con un objetivo de 47 cm. de diámetro pudo distinguir a la que fue conocida desde ese mismo momento como Sirio B. Posteriormente, en una época mucho más reciente, se detectó la existencia de una tercera estrella que completaba el sistema de Sirio, Sirio C, la «Emme Ya» de los dogones).
Dicen los Dogones que «Emme Ya» es la segunda acompañante de Sirio y tiene a su vez un pequeño satélite que gira a su alrededor y que ellos la denominan «Nyan Tolo», la estrella de las mujeres.
Hablan de esto y además no solamente de estás compañeras invisibles de Sirio sino que incluso dibujan las trayectorias de sus orbitas (se ha descubierto que la trayectoria que los dogones dibujan es exactamente la misma que han descubierto los astrónomos). Los dogones aseguran que todos sus conocimientos proceden de unos seres que llegaron a la Tierra procedentes de «Nyan Tolo», satélite de «Emme Ya», del sistema de Sirio, aproximadamente hacia el año 3000 A.C., y a los que denominan «Nommos»
Los «Nommos» descendieron a la Tierra en un «arca» roja como el fuego inicialmente y volviéndose blanca cuando aterrizó. Al aterrizar parecía como si cuatro enormes rocas chocaran entre sí, levantando una gigantesca nube de polvo…
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Muy interesante, gracias por compartir!